En su siguiente encuentro con el chico, Pastinha le ganó tan rápido que el chico se convirtió en su ídolo. La historia cuenta que un chico mayor y más fuerte de su barrio le acosaba y pegaba. Un día, Benedito, un vecino, vio las agresiones que Pastinha sufría y le dijo que se pasara un día por su casa y le enseñaría unas pocas cosas. El fracaso en el Mundial afectó personalmente a Bielsa, que tras la eliminación se aisló varios meses en su casa de campo.