Fuera de la cancha, también se han dado casos: el árbitro mexicano Adalid Maganda fue víctima de actitudes de racismo por parte del público, de los jugadores, del arbitraje (Comisión de Arbitraje) y de la Federación Mexicana de Fútbol. El primer título oficial de su historia lo logró como anfitrión en el Campeonato Sudamericano 1921, en lo que fue la quinta edición del torneo, imponiéndose a Uruguay en un abarrotado Estadio Sportivo Barracas.